14/12/08

Lee "Scratch" Perry (I)

...empezó a sentirse limitado por tener que confiar en los estudios comerciales para su singular trabajo...

Lee «Scratch» Perry es un músico, técnico de sonido y productor musical jamaicano, nacido el 20 de marzo de 1936, pionero del dub y el reggae.

La juventud de Lee Perry se asemeja a la de muchas de las superestrellas jamaicanas: nació pobre en un pequeño pueblo, se ganó una temprana reputación como chico sensato; llegó a Kingston en los años cincuenta, escuchó la música, aprendió las jugadas, consiguió el groove. Su primer trabajo fue con el pionero Clement «Coxsone» Dodd, productor jamaicano propietario del que pronto sería legendario Studio One. Allí hizo de chico de los recados, hombre para todo, gorila, espía, cazatalentos, escritor de canciones nunca acreditadas, arreglista y, eventualmente, artista. Perry realizó su primera grabación, «Old for New», en 1959, pero su primer éxito llegaría en 1965 con «Chicken Scratch», aunque éste hit supuso tan sólo una gota de agua en el Studio One.

En 1966, después de cerca de siete años en Studio One, Perry decidió abandonar el estudio en un arrebato de cólera, enojado con Coxsone por no haberle dado ni el dinero que se merecía ni el reconocimiento que creía haberse ganado durante los años que había estado junto a él. Cambió de bando y unió sus fuerzas a las del productor Joe Gibbs, grabando para él su primera canción acreditada, la siniestra «I Am The Upsetter», una suerte de advertencia a Coxsone y a cualquier otro que pudiese intentar buscarle las vueltas. Gibbs, al principio, no era realmente un productor sino simplemente un espabilado con un montón de pasta y un buen oído para la música.
Rápidamente se dio cuenta de que Perry tenía un nuevo sonido, así que en 1967 le contrató para que dirigiese su nuevo sello, Amalgamated. Perry no perdió el tiempo y produjo para Gibbs una gran cantidad de éxitos, incluyendo entre ellos «Long Shot» de The Pioneers, que fue la primera canción en usar un ritmo nuevo en la música jamaicana -no tenía un nombre en ese momento, pero un año después alguien bautizó el ritmo con el nombre de «reggae». Long Shot y otros trabajos de esa época serían la prueba concluyente para todos aquellos que reclaman a Perry como el auténtico inventor del reggae.

Las producciones de Perry agitaron el panorama pero, desde el momento en que, habiendo contratado a Perry, Gibbs deseaba tener un socio silencioso, los problemas estaban servidos. Decidió poner a Perry en la lista de espera. Éste, furioso una vez más por haber sido despreciado, se marchó de Amalgamated, lanzando «People Funny Boy» como venganza, un potente rugido dirigido esta vez hacia la cabeza de Gibbs. Irónicamente, el primer hit de Perry para Gibbs había sido «The Upsetter», ¡una canción que apuntaba a Coxsone!.

En 1968, Perry decidió que si no podía trabajar con ninguno de los productores jamaicanos sin que acabasen llegando a las manos, debería hacerlo todo por sí mismo. Su primer movimiento fue contratar las mejores armas que podrían ayudarle a hacerse un lugar en el mundo. Perry llamó a su nueva banda como su apodo en ese momento y, también, el nombre de su nuevo sello discográfico: The Upsetters.Los Upsetters, estaban acostumbrados a pasar el rato con Perry en las calles de Kingston, yendo por la tarde al cine a ver tantos spaghetti western como pudiesen antes de retornar al estudio a realizar una sesión que duraba toda la noche. Sacudidos por su rápido ascenso, lanzaron violentos, fantasmagóricos instrumentales como «Kill Them All», «The Vampire», «Dig Your Grave» y, la que se convirtió en su firma, «Return of Django». Además de con los instrumentales funkies de los Upsetters, Perry también obtuvo éxitos con conmovedoras interpretaciones de algunos de los más exitosos cantantes jamaicanos, como David Isaacs, The Silvertones y Slim Smith. Cuando «Django» se convirtió en un éxito en Inglaterra, Perry y su banda fueron allí en una gira de seis semanas -la primera gira internacional de una banda de reggae.

Sentado en la cresta de la ola, el ambicioso Perry abrió su propia tienda, «The Upsetter Record Shop», en el 36 de Charles Street, un local que había sido previamente propiedad de su colega Prince Buster. En la tienda no sólo se vendían los últimos y enloquecedores singles de los Upsetters, sonaba buena música durante todo el día y se convirtió en la base de operaciones de Perry, (no hay que mencionar que) local de ensayo, bar y almacén de hierba. La tienda Upsetter jugó un gran papel despertando la ciudad y dando a conocer a la gente el sonido Upsetter, que con cada lanzamiento se estaba volviendo cada vez más distinguido. La popularidad de Perry le permitió patrocinar un programa semanal en la emisora JBC, en donde el entusiasta DJ Winston «The Whip» Williams hacía sonar las últimas grabaciones de los Upsetters. Mientras la mayoría de los primeros singles de los Upsetters mantenían un sonido sencillo, reggae inspirado en el soul, de vez en cuando Perry lanzaba una vuelta de tuerca con una extravagante cara B o extraños efectos vocales. El Upsetter estaba empezando a descomponer.

Un día, un chico de las calles llamado Bob Marley llegó hasta el Upsetter Record Shop. Su banda, The Wailers, había sido ciertamente exitosa unos años antes con Coxsone, aunque en éste momento se dedicaban a sobrevivir. Era el momento en que necesitaban dar el salto hacia su propio estilo o morir en el intento. Los productores jóvenes como Perry estaban creando los nuevos y emocionantes sonidos de la isla, ritmos capaces de desplazar a los viejos hombres de la escena musical jamaicana. Bob Marley y sus amigos Peter Tosh y Bunny Wailer estaban asombrados de que los Upsetters hubiesen obtenido tanta popularidad al otro lado del océano.Cuando los Upsetters regresaron de Gran Bretaña estaban bastante molestos con Perry, porque éste, aparentemente, se había quedado con una parte leonina del dinero de la gira -algo irónico, dados los encontronazos que tuvo en el pasado con Coxsone y Gibbs por los mismo motivos-. Antes de que hubiese transcurrido mucho tiempo, Bob Marley se dio cuenta de que los Wailers y los Upsetters trabajando juntos podrían resultar un combo imparable. Después de unos cuantos ensayos y jam-sessions juntos, Marley habló con los Upsetters para que abandonasen el barco de Perry y probasen los Wailers.Cuando Perry se dio cuenta de que Marley había robado sus músicos de estudio, se puso comprensiblemente furioso. En ese momento amenazaba con matar a Bob. Los dos se encontraron un mal día y, a juzgar por el volumen de sus voces, todo el mundo alrededor pensó que eso acabaría con alguna cabeza rota. En su lugar, los contendientes aparecieron horas después, saliendo de detrás de una puerta, entre risas y palmaditas en la espalda. Los Upsetters seguirían con los Wailers, pero el productor exclusivo sería -por supuesto- Lee Perry.

La forma en que Lee Perry describe su decisión de trabajar con Marley es inesperadamente encantadora. Cuenta que cuando Marley acudió a él y le dijo que Perry tenía el sonido que él quería para los Wailers, él no se inmutó. No estaba interesado en trabajar con cantantes, estaba concentrado en los mortíferos instrumentales con los que los Upsetters se habían vuelto famosos. Cuando Bob le cantó a Perry la letra de «My Cup», le tocó un nervio. «My cup is running over and I don’t know what to do…» («mi taza se está desbordando y no sé que hacer…»). El Upsetter supo que estaba oyendo la verdadera confesión de un artista, que la «taza artística» de Marley se estaba desbordando y que no sabía por donde tirar. Perry decidió que un «duppy» (espíritu demoníaco) era el responsable de los problemas de Marley y escribió para él «Duppy Conqueror». Con los espíritus conquistados y las tazas bajo control, The Wailers, The Upsetters y Lee Perry se dirigieron hacia el estudio.Perry puso lo mejor de sí mismo en la mesa de controles y convirtió ambas bandas en demoledoras. La mezcla de la sabiduría callejera de Marley combinada con el sentido de la aventura y el misticismo de Perry, resultó ser un punto de inflexión, no sólo en sus carreras, sino en toda la historia del reggae. La química surgida entre Perry, Marley, The Wailers y The Upsetters demostró ser fenomenal. Juntos, produjeron canciones clásicas como «Small Axe», «Duppy Conqueror», «Fussing and Fighting», y otras muchas que cambiaron el curso del reggae y fueron la semilla del posterior éxito de Bob Marley. Muchas de las canciones de esta época serían regrabadas de nuevo durante la carrera de Bob Marley, aunque la magia de las sesiones con Perry nunca ha sido sobrepasada.
El éxito -y un montón de música fantástica- continuó durante 1969 y 1970. En 1971, sin embargo, la luna de miel entre los Wailers y el Upsetter estaba a punto de acabar. Siendo sus personalidades dinámicas, era natural que la relación entre Marley y Perry fuese una suerte de amor y odio. Peter y Bunny, por otro lado, se resentían por los métodos agresivos de Perry al producir sus canciones, manipulando y descomponiendo su música, y no en la buena dirección. Diferentes argumentos acerca de quién tuvo el honor de representar papel principal de una ruptura anunciada. The Wailers, después de firmar un contrato con Island Records en 1973, y con la sección rítmica de los Upsetters acompañándolos, fundaron una nueva banda, la que les convertiría en unas superestrellas del reggae. Los Upsetters se desbandaron en diferentes caminos, aunque Perry conservó el nombre para referirse a los estupendos músicos que a lo largo de los años integraron su banda de estudio.
Desde que se grabó, el material de The Wailers producido por Perry se ha convertido en la música más vendida de forma ilegítima en toda la carrera de la banda. Cuando empezaron su colaboración, Perry y Marley tenían un acuerdo de palabra por el cual los beneficios de todo lo que ellos cantaran sería repartido igualitariamente; la realidad era que, una vez que la música había sido enviada a Trojan Records en Londres, Perry recogía todo el dinero y les decía a los Wailers que sólo recibirían los royalties, algo avaricioso y altamente hipócrita teniendo en cuenta que él alegaba haber sido robado por otros productores. En un tiempo en que los Wailers estaban viendo la forma de avanzar en su carrera después de años de lucha, ser apuñalados, en aparente alianza con Perry, era demasiado como para poder aceptarlo. Y hasta el día de hoy, la propiedad de los derechos de estas increíbles canciones se han mantenido en el aire, y el resultado han sido docenas de ínfimos recopilatorios, por los que ni la familia Marley ni el propio Perry reciben ningún dinero. Las palabras de su canción «People Funny Boy» parecen ser un boomerang, dirigiéndose ésta vez hacia la cabeza del propio Perry.
En ese momento comenzó a profundizar en muchos de los experimentos musicales que había ido introduciendo en la música jamaicana, mientras seguía trabajando en los estudios de otros productores. Veinte años antes de que nadie usase la palabra música «alternativa», Perry disparó pistolas, rompió vasos, corrió cintas hacia atrás, y usó en sus producciones únicas samplers de niños llorando, lluvia cayendo y sonidos de animales. Con canciones salvajes como «Cane River Rock» (teniendo como protagonistas el sónido del tráfico y una motocicleta) y «Headquarters» (utilizando una llamada de teléfono de un niño como introducción), el Upsetter estaba ciertamente haciendo honor a su apodo.En 1973, Perry empezó a sentirse limitado por tener que confiar en los estudios comerciales para su singular trabajo. La mayoría había sido grabados en Randy’s o en Dinamic Sound, y el hecho de tener que tener puesto un ojo en el reloj a la vez que trabajaba su música suponía una clara distracción. Él y su familia se habían trasladado unos años antes a Washington Gardens, un suburbio a las afueras de Kingston y, un día, mientras permanecía tumbado bajo un árbol en el patio trasero de su casa, tuvo un sueño en el que oía música. Cuando se levantó, pensó que el sueño era una señal y empezó a construir su propio estudio en ese mismo lugar. Cuando estuvo acabado en 1974, pintó las palabras BLACK ARK sobre la puerta, y dijo que de allí saldrían los diez mandamientos del reggae. Para cualquier otro productor esto habría sido un alarde excéntrico; retrospectivamente, Perry estaba siendo modesto. La música que se grabó en el Black Ark durante los siguientes cinco años es absolutamente mágica y proviene de uno de los hechiceros más radicales del reggae.
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1 comentario:

Ricardo dijo...

Si este blog es para borrachos orgullos este video esta buenisisimo http://www.youtube.com/watch?v=cbv1ulIqXyQ