18/1/12

Educar para la revolución

En un momento crucial para su país, con el expresidente Laurent Gbagbo siendo juzgado en la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad, el guerrillero del reggae marfileño, Tiken Jah Fakoly, tiene claro de qué lado se posiciona: el de la construcción de una sociedad sobre pilares firmes. “El hecho de que se encuentre en prisión es bueno para nuestra justicia. Así los restantes presidentes de África podráncomprobarque simatan, irán almenos un día a prisión. Si ven que no son dioses, tendrán más cuidado de la gente”. No obstante, Gbagbo fue, durante su mandato, uno de los principales responsables en divulgar el concepto de “ivorité”, que Tiken rechaza de plano. “Este concepto divide a nuestro país y lo incendia.Mi nación fue construida entre todos: gente de Mali, Guinea, Burkina Faso, Beni, Togo…la gente vino de diversas partes para ayudarnos a construir nuestra nación. Cuando los políticos comenzaron a hablar acerca de este concepto, mi nación comenzó a tener problemas”. A esta concepción excluyente de la nación, Tiken contrapone el panafricanismo defendido por próceres como Marcus Garvey o el ex presidente de Ghana, Kwame Nkrumah: la unión de los diversos pueblos africanos bajo el paraguas de unmismo Estado que los integre a todos respetando su diversidad y acervo cultural. “La unidad de África es la única solución para el desarrollo de este continente. Desde un punto de vista económico, África es uno de los continentes más ricos. Todos los continentes necesitan a África porque tenemos todo el campo que los países occidentales precisan para mantener su desarrollo. Así que si estamos unidos, seremos fuertes en esta batalla”.
La clave para despertar es lo que en ‘African Revolution’ llama “la revolución inteligente”, esto es, la educación Probablemente el Estado que más se ha encargado de exprimir África para su propio desarrollo es Francia a través de la ‘françafrique’. Concepto que ha servido para caracterizar ese neocolonialismoque el economista François-Xavier Verschave describió como “la criminalidad encubierta de las altas esferas económica y política francesa, donde una suerte de República subterránea se oculta a nuestra vista” y que sirvió para titular el trabajo que Tiken editó en 2002. Preguntado sobre qué precisa el pueblo africano para sobreponerse a esta situación que depreda sus recursos naturales, el marfileño responde: “Necesitamos despertar y comprender eso, porque África es una gran paradoja. África es uno de los continentes más ricos del mundo y los africanos son de la gente más pobre en el mundo. No es normal ser rico y pobre”. Tikenes consciente, además,del hándicap que supone el pasado reciente al que ha estado sometido su pueblo: “Venimos de la esclavitud y la colonización y nacimos como nación en 1960, por lo que en la actualidad sólo llevamos 50 años como nación. Estamos escribiendo nuestra historia”. Fernando Fernández HeviaLa revolución inteligente La clave para hacer despertar a sus vecinos es lo que en su último trabajo, African Revolution (2010), define como la revolución inteligente: la educación. “Hemos edificado una escuela en Costa de Marfil, una en Burkina Faso, una enMali y estamos tratando de construir otramás enmi país debido a su situación. La llamaremos Reconsideration School y en marzo daré un gran concierto en Génova para construir una escuela en Guinea Conakry. Esto es lo que mi música hace para ayudar a alfabetizarmi país, porque sé que la educación cambiará África”. La culturización de un pueblo, elmarfileño, cuya tasa de analfabetismo alcanza el 50%, será clave en el devenir de África. “Estoy seguro, porque la gente de Babilonia debe saber que si somos inteligentes, si estamos preparados para hablar con ellos... si algún día la mayoría de los africanos saben leer y escribir, cambiará el destino de esta nación. Estoy convencido. Ése es el motivo por el que construyo escuelas: paramostrar el camino de la escuela a los jóvenes, para decirles: “Ve al colegio, así estudiarás y comprenderás lo que ocurre en elmundo, en el país”. Musulmán por tradición familiar, considera que las religiones monoteístas han supuesto para su continente un elemento más de disputa y desunión. “Antes de que todas estas religiones vinieran a África, teníamos nuestra religión y nuestra primera religión era africana, porque el Islamo el cristianismo dividen. Debemos ser cautelosos con todo lo que divide nuestra nación. Pienso que lo que la gente debe hacer en mi país o en el resto de África es situarse por encima de la religión”. Precisamente porque sus canciones sirven como forma de condena y denuncia de la corrupción, la colonización o la explotación, Tiken es consciente de que pone su vida al servicio de una causa noble por la que merece la pena apostar. “Si he de morir por ello, estoy preparado. Sería una buena razón por la que hacerlo, pues uso mi voz para un buen fin: para África. Esta gente sufre mucho: hemos sufrido la esclavitud, una gran colonización y hoy estamos nuevamente bajo la colonización, porque los gobiernos occidentales controlan nuestras riquezas”. <b>De ascendencia griot (una historia familiar) “Había un gran guerrero cuyo nombre era Samory Touré. Cuando vino a mi aldea, quiso llevarse a toda la población a la guerra. El nombre de la mujer de mi abuelo, Massona, era el mismo que el de la madre del gran guerrero. Y cuando se marchaba con toda la población, dijo ‘bueno, me marcho con todos, pero me gustaría que una familia se quedara y cuidara de la aldea. Esta familia debe ser la de la mujer cuyo nombre sea el mismo que el de mi madre’. Así fue como mi familia se quedó en la aldea”, explica Tiken Jah Fakoly. “Y cuando la población se estaba marchando con el gran guerrero, vinieron para entregarnos a los animales (búfalos, cabras, pollos) y nos dijeron: ‘tenéis que cuidar de ellos y cuando volvamos, nos lo llevamos’. Mi abuelo quiso guardar todo aquello que le entregaron antes de marcharse. Y consiguió que en su familia alguna gente tocara la percusión, otros cantaran, otros bailaran para avisar de que se llevaran a los animales que le habían entregado. Así es como los griots entraron en mi familia”.