SHARP Madrid & RASH Madrid
Londres, 1969.
El laborista Harold Wilson era el primer ministro del país en un periodo de austeridad económica. Las noticias de que el hombre había pisado la Luna recorrían todo el planeta, así como las aterradoras fotografías de la población masacrada en la guerra de Vietnam. Led Zeppelín había sacado su primer álbum, los Rolling Stones tocaban en Hyde Park y los Beatles lanzaron su disco Abbey Road, pero había algo que seguía fallando en toda la sociedad y el Daily Mirror fue el primero en ponerle nombre. Habían nacido de manera pública los Skinheads. Un sentimiento de orgullo de clase obrera explotó definitivamente, como un resorte que se activa ante la presión de su entorno, y comenzó a inundar de forma feroz la conciencia de más de la mitad de la juventud inglesa.
Madrid, 2009.
Han pasado 40 años desde aquel “Skinhead-boom” y la situación económica es, como mínimo, igual de alarmante. Sumidos en una crisis sin precedentes desde el crack de 1929, cada vez más jóvenes encontramos una incógnita ante nuestro futuro. Las soluciones que nos ofrecen los políticos aburguesados que nos administran no son mucho mejores que las de hace 40 años.
Muchas idas y venidas ha tenido el movimiento desde entonces, mucho ha dado que hablar, pero es que sólo las cosas inertes permanecen idénticas e inmaculadas con el paso del tiempo. Como muestra de la vida que posee, nuestra cultura ha ido evolucionando, se ha ido adaptando a las nuevas necesidades del mundo en el que vivimos, aunque la esencia sigue siendo exactamente la misma.
El skinhead del 2009 debe ser entendido, al igual que el skinhead de 1969, como muestra de la juventud rebelde, como una salida urbana a las injusticias del sistema capitalista, revelando así lo viva que está a día de hoy la clase obrera, normalizando la siempre presente y orgullosa working class inglesa.
Por encima de la estética o los grupos de música, quizás la diferencia principal sea que ese sentimiento de orgullo de clase obrera y de lucha de clases se ha ido asentando y racionalizando, es decir, los skins de Madrid del año 2009 tenemos un poco más claro por donde falla todo este sistema que los skins londinenses del 69. Es por ello que hablamos permanentemente de antirracismo, como imposición para la convivencia pacífica entre la clase obrera de todo el mundo, de antifascismo, como base para una sociedad justa y en contraposición permanente al interés de muchos por derechizar el movimiento, y de anticapitalismo como necesidad imperativa para conseguir una sociedad distribuida dignamente.
Por todo ello, por lo que fuimos, por lo que somos, por lo que seremos y sobretodo por todo lo que nos une en el día a día, SHARP Madrid y RASH Madrid nos enorgullecemos de invitaros a todos/as quienes compartáis nuestra forma de entender el mundo a nuestro particular homenaje a la cultura skinhead.
Por otros cuarenta años más…
NI NAZIS, NI APOLÍTICOS¡
ANTIFASCISTAS SIEMPRE!
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