El nombre Esne Beltza (“leche negra”) habla de la paradoja de la música negra hecha por blancos. Y de entrada el grupo parece la all star band del panorama sonoro y combativo euskaldún (músicos de
En estos tiempos Esne Beltza se posiciona claramente a favor de los derechos de los represaliados políticos y los refugiados, y para ello ha colaborado poniendo la música en una campaña de la organización Etxerat. También pusieron la banda sonora al festival GaztEHerria o a la iniciativa por el euskera Kilometroak. Este verano organizaron un directo multitudinario por la ría y por las calles bilbaínas contra la inhabilitación de la comparsa Kaskagorri en las fiestas de Bilbao. Pero ellos no tienen miedo a que ese apoyo explícito les condicione para salir a tocar fuera de Euskal Herria.
“Es que también nos estamos tomando con tranquilidad la vida de grupo, y vamos poco a poco, aunque allí estamos tocando mucho. Igual el año que viene nos planteamos más Estado español o Europa y menos Euskadi, porque lo hacemos también por divertirnos”, comenta Patxuko.
El mismo día que charlamos con ellos, hay una macrorredada policial en Donosti. ¿Qué puede hacer la música en un entorno de apartheid político, ilegalizaciones y cierres que, formulados desde la paz y la convivencia, acaban afectando a mucha gente? “Estamos a la expectativa, porque te pueden venir a casa de un día para otro y no sabes por qué. Pero bueno, nosotros solemos cambiar de cara un poco. Solemos reivindicar pero con alegría. Allí tenemos un dicho: ‘jaia bai, borroka ere bai’ (fiesta sí, lucha también). Yo creo que ese es el lema que nos gusta”.
Aparte de su compromiso político con el entorno abertzale, estrechan lazos internacionalistas con otros pueblos del Estado y con los diferentes movimientos revolucionarios latinoamericanos, o con Palestina o Líbano. Con movimientos sociales de Madrid han vivido una bonita historia. Solano nos cuenta: “El año pasado vinimos con Esne Zopak al Patio Maravillas de la calle Acuerdo. Estuvimos tocando para el Patio y luego nuestro DJ pinchó en una fiesta para los manteros. Nos lo pasamos genial y se portaron tan bien con nosotros que dijimos ‘vamos a hacer un pequeño homenaje en el disco’. Por eso grabamos el videoclip en el Patio”. Esas amistades, sembradas allá por donde pasan, se pueden escuchar en el segundo trabajo de la banda, Noa.
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